La iniciativa busca modificar la ley N°21.075 para permitir la recolección, el tratamiento y el uso de aguas provenientes de las tinas, duchas, lavamanos, lavaplatos y lavadoras de ropa, entre otras actividades.
Por unanimidad (134 votos), la Cámara de Diputadas y Diputados aprobó las enmiendas introducidas por el Senado en segundo trámite constitucional del proyecto de ley que permite el uso de aguas grises, o reciclada, para el riego agrícola. De esta forma, el proyecto está listo para convertirse en ley, en espera de su promulgación.
La iniciativa que regula el uso de aguas provenientes de las duchas, lavamanos, lavaplatos, máquinas lavavajillas y lavadoras de ropa en el riego de cultivos, fue ingresada por el Gobierno en marzo de este año y hoy culminó su tramitación en el Congreso.
Entrando más en detalle, el proyecto, que fue trabajado de manera conjunta por el Comité Interministerial de Transición Hídrica Justa, busca modificar la ley N°21.075 para permitir la recolección, el tratamiento y el uso de aguas provenientes de baño y cocina (a excepción del WC), conocidas como «aguas grises», para el riego de árboles frutales, cultivos ornamentales, cultivos de flores, cereales, cultivos industriales, praderas o empastadas para bolo o silo, producción de semillas, agua de pulverización, frutas y hortalizas, entre otros.
La ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, valoró el despacho de esta iniciativa en un contexto de sequía extensa y prolongada que afecta al país por 13 años. «Como Gobierno estamos avanzando en todas las medidas que sean necesarias para hacer frente a la crisis hídrica. Y, precisamente, el fomentar el reúso de las aguas grises, en especial en la pequeña agricultura, manteniendo las medidas preventivas para que no signifique un riesgo para la salud, es fundamental y habilitará a los distintos organismos de la administración del Estado para potenciar este tipo de proyectos”.
Cabe destacar que las aguas grises no podrán ser utilizadas para el riego de frutas y hortalizas que crecen a ras de suelo y que son consumidas por las personas, ni tampoco en el riego de cultivos que consuman animales y que puedan transmitir afecciones a la salud de las personas.
Por Dr. Julio Romero, investigador de la Universidad de Santiago, Proyecto Greywater Treatment and Reuse.
Esta semana se celebra en Estocolmo, de manera presencial y telemática, la Semana Mundial del Agua. Este evento se enmarca en una necesidad relevante para nuestro país asociada a la crisis hídrica generada por los acelerados efectos del cambio climático.
Desde la antigüedad la humanidad ha intervenido el ciclo natural del agua para asegurar su disponibilidad como pilar fundamental de la consolidación y desarrollo de la civilización. La dependencia de los recursos hídricos no solo se asocia al desarrollo económico, sino que define la evolución social y cultural de las comunidades y las naciones.
Hoy nuestro país se encuentra en una situación de crisis hídrica que evoluciona al ritmo propio del cambio climático, el cual ha superado de manera alarmante la velocidad proyectada por la comunidad científica.
La crisis hídrica debe ser abordada en forma holística, integrando de manera transdisciplinaria el conocimiento a nivel del diagnóstico y las estrategias, así como de las soluciones técnicas y tecnológicas, y de las políticas públicas. En este contexto, conservar ecosistemas hídricos; desarrollar planes de eficiencia y ahorro hídrico a nivel agrícola, industrial y domiciliario; reutilizar aguas residuales, desarrollar sistemas de captación y desarrollar instrumentos que permitan a los usuarios adoptar buenas prácticas de uso y/o conservación son solo algunas de las áreas de acción a impulsar. Todo ello requiere planificación, regulación y especificaciones técnicas definidas territorialmente con la participación y el compromiso del sector público y privado, con una coordinación estatal que permita definir una hoja de ruta a corto, mediano y largo plazo.
Nuestro grano de arena, o mejor dicho nuestra gota de agua, como equipo interuniversitario de tratamiento de aguas grises (Usach-Unab-UBB), considera la exploración, investigación y desarrollo para reutilizar aguas grises domiciliarias, integrando procesos y facilitando la disponibilidad de información para implementar soluciones tecnológicas, estrategias y políticas, así como cambios culturales respecto a este tema.
Las aguas grises representan solo una fracción de las emisiones domiciliarias y totales, pero su tratamiento y reutilización puede involucrar beneficios tangibles y significativos para la comunidad, y deben ser complementados con un amplio conjunto de otras acciones asociadas al uso eficiente del agua. En la perspectiva de desarrollar una economía circular, no podemos dejar de lado un recurso vital como es el agua.
La consolidación de la Industria 4.0 ofrece un conjunto de herramientas como la inteligencia artificial, la nanotecnología, la manufactura aditiva, el IoT que deben ser analizadas en detalle, integrándolas para asegurar y proteger la disponibilidad del recurso hídrico.
Nuestro compromiso desde la academia es contribuir, facilitar y articular el debate, la investigación e implementación de soluciones y políticas respecto al agua como pilar fundamental de desarrollo social y económico del país.
El proyecto plantea reusar aguas grises en el riego de muros y techos verdes, entre otros fines, mejorando la gestión del agua y obteniendo beneficios en aislación térmica y acústica de las viviendas.
El equipo del ProyectoGreywater Reuse (GWR), compuesto por siete investigadores de las universidades de Santiago (5), Andrés Bello (1) y del Bío-Bío (1), se reunió para dar la partida oficial a la iniciativa orientada a reducir el consumo de agua domiciliaria y optimizar su reutilización, generando a la vez soluciones de aislación térmica y acústica en la vivienda.
El proyecto busca responder al desafío que impone el cambio climático, cuyas consecuencias se evidencian en la sequía que afecta al 72% del país y que persiste por más de una década, disminuyendo la disponibilidad de agua.
“El consumo de agua a nivel domiciliario representa un 12% y se proyecta que seguirá incrementándose, en tanto que la disponibilidad de agua va en descenso, con una disminución estimada de precipitaciones hasta del 40% para el 2050, por lo que es urgente generar soluciones científico-tecnológicas que respondan a esa carencia hídrica”, señala el Dr. Esteban Quijada, director del equipo Proyecto GWR, iniciativa financiada por el Proyecto Anillo de ANID (Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo).
En el caso de este proyecto, se propone la reutilización de las aguas grises (descargas de fregaderos, duchas, bañeras y lavadoras o lavavajillas, sin contaminación fecal) para diferentes propósitos domésticos, coordinando la integración de tecnologías de membranas y electroquímica en el diseño de sistemas de tratamiento de agua descentralizados y efectivos.
Según el Dr. Quijada, “esta integración de tecnologías representa una solución técnicamente factible, económica y demandante de poco espacio en los hogares para el tratamiento y reúso de aguas grises”, la que será implementada a escala real en la Casa Tecno, modelo que permitirá evaluar y exhibir las tecnologías integradas propuestas.
Integración tecnológica
Entre las innovaciones de esta integración tecnológica está la reutilización de las aguas grises “como una alternativa sustentable en el riego de techos y muros verdes, entre otros usos, los cuales representan soluciones comprobadas y eficientes para el aislamiento térmico y acústico de las viviendas”, explica el Dr. Julio Romero, investigador del proyecto.
El Dr. Romero señala que “este proyecto pretende desarrollar soluciones integradas para reutilizar las aguas grises, que representan cerca de un 65% de las aguas eliminadas desde los domicilios”.
“Desde la antigüedad, el desarrollo humano se ha dado sobre la base de una correcta gestión de los recursos hídricos, considerando cómo se interviene el ciclo natural del agua. Hoy nuestro país y nuestro planeta están bajo una situación de riesgo inédita, que implica serios efectos económicos, demográficos y —sobre todo— sociales”, indica el investigador.
Para alcanzar los objetivos propuestos, el trabajo de desarrollo ha sido formulado considerando cuatro equipos de investigación multidisciplinarios: Materiales y Procesos de Membranas (MatPro), Tratamiento Electroquímico de Aguas Grises (EChem), Sistemas Domésticos de Tratamiento de Aguas Grises (HSys) y Análisis de Ciclo de Vida e Impacto Ambiental (LCA&EI).
Vivienda social sustentable
La Casa Tecno, destinada a ser un modelo de vivienda social sustentable, ya está en proceso de construcción enel Centro Tecnológico para la Innovación en Construcción (CTEC), ubicado en Laguna Carén, comuna de Pudahuel, en el sector poniente de Santiago.
El Dr. Esteban Quijada explica que la “Casa Tecno es una vivienda de 55 m2, que contará con cocina, lavadero (logia) y baño, completamente equipados. Su principal atractivo es que la techumbre y algunos de los muros tendrán sus superficies cubiertas por especies vegetales, lo que permitirá generar una solución sustentable para conseguir aislación térmica y acústica”, detalla.
El agua necesaria para la mantención de los “techos y muros verdes” se obtendrá de la reutilización de las aguas grises domiciliarias, mediante la implementación de un proceso acoplado de electroquímica y membranas. El académico destaca que la tecnología que se instalará en esta casa piloto “demostrará que es posible contar con soluciones técnicas de instalación simple y accesibles para ser habilitadas en prácticamente todas las viviendas”.
Asimismo, la Dra. Camila Burgos, experta en Tecnología de la Arquitectura, Edificación y Urbanismo, comenta que la Casa Tecno estará lista a fines de año y “podrá ser visitada por grupos de escolares y universitarios, quienes podrán conocer las estrategias de recuperación de aguas grises y analizar los detalles del proyecto”.
En la foto de la izquierda: Dr. Esteban Quijada, director del proyecto; Dra. Roxana Arce; Dr. Ricardo Abejón; Dra. Camila Burgos; Dr. Julio Romero, y Dra. Alejandra Torres.