- El programa “Agua para Aprender” ha beneficiando a más de 20 establecimientos de las regiones de Los Lagos, La Araucanía y Valparaíso. Este año además se extenderá a la Región del Biobío.
El programa “Agua para Aprender”, de Fundación Amulén, que tiene por objetivo acortar las brechas de acceso a agua potable en escuelas rurales, continuará implementándose en 2024 luego de dos años de exitoso funcionamiento, beneficiando a más de 20 establecimientos de las regiones de Los Lagos, La Araucanía y Valparaíso. Este año además se extenderá a la Región del Biobío.
El programa busca generar soluciones integrales, en muchos casos de economía circular, para escuelas en contexto de carencia hídrica, permitiendo así asegurar el suministro de agua potable y fortalecer el correcto uso y cuidado del agua, con el fin de aportar en la continuidad de la educación de los niños y niñas.
Actualmente, muchos establecimientos de educación en zonas rurales del país están enfrentando una serie de problemáticas debido a que no tienen acceso a agua potable, situación que pone en riesgo la formación de miles de estudiantes.
Según el último estudio realizado por Fundación Amulén, “Educar sin agua: una realidad invisible”, más del 40% de las escuelas rurales en Chile se encuentra en situación de carencia de agua potable y, producto de esto, más de 27 mil alumnos se ven afectados diariamente. Asimismo, el 30% de las escuelas rurales ha debido suspender clases por falta o mala calidad del agua.
Cada solución entregada depende de la necesidad y realidad local de los establecimientos, desde captación de agua lluvia hasta mejoramiento de infraestructura para un buen suministro de agua. Para ello, se involucra a las comunidades educativas en el diseño e implementación de las soluciones, además de incentivar la conciencia hídrica por medio de talleres para niños y niñas.
“El agua es vida y también un motor de oportunidades. Por eso, en Fundación Amulén estamos implementando esta campaña convencidos de que éste es un recurso vital para el bienestar de los niños, las niñas, las mujeres y todos los chilenos que viven en la ruralidad. Es hora de actuar de manera decisiva y comprometida para superar estos desafíos. Este reciente mes del agua nos invita a dejar de esperar para poner manos a la obra”, señaló Antonia Rivera, directora ejecutiva de la organización social.
El programa se implementa desde el 2022. Ese primer año se trabajó con las escuelas San Antonio, de Cochamó; Sol del Pacífico, de Ancud; Olinda Borquez Borquez y Quilquico, de Castro; Emmanuel de Chapuco, de Puerto Octay; Hardy Minte Bartsch, de Puerto Varas; y Correntoso y Río Blanco, de Puerto Montt. En ellas se implementaron soluciones de purificación de agua lluvias, resolución sanitaria, instalación de un pozo profundo, remoción de fierro manganeso y mejoramiento de infraestructura.
En tanto, en el 2023, fueron nueve las escuelas beneficiadas: Puyehue, de Teodoro Schmidt; Collico Ranco y Ruca Raqui, de Saavedra; Coligual San Juan, de Llanquihue; Paraguay, de Frutillar; Jardín Pichiqueche, de Padre de las Casas; Reinaldo Raddatz, de Puerto Varas; Los Molles de Marga Marga, de Quilpue; y El Yeco, de Algarrobo. Las soluciones fueron similares a las del 2022, sumándose dos proyectos de reutilización de aguas grises.
* Foto de Portada: Escuela El Yeco, de Algarrobo.