Por Javier Peró , gerente de Estudios de Kyklos.
Se están haciendo tremendos esfuerzos por impulsar la industria del reciclaje y la economía circular en nuestro país. La implementación de la Ley REP nos convierte en uno de los 36 países del mundo que utilizan esta norma para impulsar la valorización de residuos (el tercero en Latinoamérica, detrás de Colombia y Brasil). Esta legislación forzará a la industria a generar nuevos sistemas que puedan hacerse cargo de los residuos que todos generamos en nuestros hogares.
“Vamos mejorando” pensamos, pero ¿cuánto realmente lo hemos hecho? Es difícil decirlo porque en términos de gestión de residuos, no tenemos líneas base con las que compararnos. El Reporte del Estado del Medio Ambiente elaborado por el MMA cada año da unas pinceladas gruesas sobre la disposición final de los residuos a nivel nacional, y muestra una tasa gruesamente estimada de reciclaje de 4% (muy baja comparada con los países OCDE), pero falta información ágil, fácil y accesible a nivel territorial, que nos permita ver el impacto de las intervenciones locales de las diferentes comunidades en su entorno.
Para suplir esta falta desde Kyklos llevamos ya tres años desarrollando el Estudio de Recuperación, Reciclaje y Valorización por Comuna. Gracias al impulso de los patrocinadores del Desafío Chile Sin Basura 2040, CMPC y CCU, a la información aportada por los municipios, y al trabajo coordinado de Kyklos con diversas organizaciones como TodosReciclamos, la AChM, la PUCV y Anir. En el último estudio levantamos información de 279 comunas correspondientes al 81% del total nacional. De esta manera, buscamos ser un aporte en la toma de decisiones para la implementación de políticas públicas que sean efectivas para aumentar las tasas de recuperación y valorización, y así disminuir la basura que termina en rellenos sanitarios, vertederos y microbasurales.
Las primeras conclusiones del estudio ya esclarecen un poco el panorama. Por ejemplo, no existe una relación directa entre la cantidad de presupuesto que un municipio destina a la gestión de residuos y sus tasas de valorización. Sin embargo, cabe destacar que aquellos municipios que destinan un presupuesto separado y específico para programas de reciclaje, sí tienden a mostrar mayores tasas de recolección. Incluso se observa que comunas que tienen programas de recuperación de orgánicos, también tienen mejores tasas de recuperación de envases y embalajes. Con esto, estamos mostrando que lo importante no es cuánto se gasta, sino cómo se gasta; la clave es gastar los recursos bien y contar con una voluntad política de optimizar los sistemas de reciclaje, para mejorar las tasas de recuperación y valorización.
Por otra parte, el estudio también nos muestra que nuestros modelos de recolección deben empezar a evolucionar si queremos avanzar hacia una mayor valorización. Los municipios que implementaron la recolección casa a casa presentaron los mejores resultados, tanto en cantidad de material recolectado como en tasa de valorización de residuos y reciclaje per cápita. Aquellos municipios que sólo cuentan con puntos verdes y puntos limpios quedan atrás, principalmente por las preferencias de los usuarios. La falta de puntos limpios o bien la lejanía a estos suelen ser las principales razones por las que las personas dicen no reciclar. El sistema de recolección casa a casa acerca el reciclaje a los hogares y hace más fácil para los chilenos incorporarse al sistema. De todas formas, este modelo tiene sus limitaciones, ya que requiere de una encadenación logística, de infraestructura de acopio y además de una campaña de cultura en la población antes de que las tasas de valorización vuelvan sostenible la inversión en el sistema. Tomando en cuenta estos antecedentes, pareciera que una combinación de recolección casa a casa sumado a la implementación de puntos limpios de mediana o gran escala funciona bien.
Chile tiene realidades muy diversas: diferentes climas, niveles de ruralidad, densidad poblacional, entre otros. Levantar estos datos nos ayuda a esclarecer de manera más rápida qué modelo funciona mejor para cada contexto, por eso es tan importante contar con información certera y actualizada. Una vez que podamos ver el panorama completo, con la capacidad de hacer zoom en la particular realidad de cada caso, podremos encontrar los incentivos correctos y los sistemas adecuados que se ajustan a nuestras necesidades. La consolidación de este tipo de estudios, la sistematización y el trabajo coordinado de diversas organizaciones hará posible que podamos tener datos de manera transversal en el tiempo y podamos avanzar hacia políticas públicas efectivas y basadas en datos. Solo así podemos mirar atrás y decir: “Sí, efectivamente, vamos mejorando”.