La relación envase-contenido es crucial para el correcto reciclaje de remedios. El trabajo en conjunto de farmacias y laboratorios es esencial para organizar de manera correcta los desechos para el trabajo de los sistemas de gestión.
Los remedios y fármacos no son eternos. Tienen fecha de vencimiento. Pero no es lo único que conforma este tipo de productos. También tienen envases, cajas y envoltorios.
El reciclaje de remedios en Chile es un tema en el que confluyen varias normativas. Por un lado, sus envases y embalajes entran en la Ley de Reciclaje (REP) y, por otro, son considerados residuos peligrosos. Esta conjunción pone en una encrucijada el correcto tratamiento de los desechos farmacológicos.
La REP indica que cualquier producto envasado en nuestro país o desde el extranjero, tiene que cumplir metas de recolección y reciclaje. Independiente de lo que contenga ese artículo.
Según Isidro Pereda, gerente de proyecto ReSimple, sistema de gestión colectivo de envases y embalajes, es importante hacer una distinción acerca del responsable de realizar las labores de reciclaje establecidas. “Por ejemplo, las farmacias compran a laboratorios para comercializar distintos productos. En este caso, quien comercializa al consumidor final no es responsable del correcto tratamiento de los remedios vencidos; ya que, el laboratorio que vendió en primera instancia, está afecto por la Ley REP”, indica Pereda.
O sea, si la farmacia importa un producto y lo comercializa, o bien si vende productos bajo marca propia, está obligada a hacerse cargo del reciclaje de los envases de remedios.
En cuánto a la labor de la ciudadanía, deben separar los materiales reciclables considerando siempre la relación envase-contenido. Esto pues, no es lo mismo reciclar un frasco con pintura que uno con champú. “Cualquier caja de remedio es reciclable, porque son de cartulina en rigor. Pero también hay que ser más cuidadosos y considerar, por ejemplo, las indicaciones en papel que vienen dentro de la caja o los propios fármacos”, explica Pereda.
En cuanto a los remedios (tabletas, pastillas, jarabe, etc), la responsabilidad queda en manos de sus comercializadores. Desde Salcobrand, explican, que el laboratorio a quien le compran los productos, se encarga de los remedios próximos a vencer. Esto representa un 80% del trabajo de recolección, mientras que el otro 20% lo realiza una empresa privada para la cadena farmacéutica. Así también, explican desde la farmacia que intentaron instalar “puntos limpios” para que las personas trajeran remedios vencidos para su reciclaje. Sin embargo, esto no prosperó, pues hay algunos fármacos que tienen tipificaciones más cercanas a las drogas, por lo que su tratamiento debe ser diferenciado. Este es el caso, por ejemplo, de los ansiolíticos y antidepresivos.
Hay que considerar también que algunos remedios entran en la categoría de residuos peligrosos según el Decreto 148 de la legislación chilena, por lo que necesitan tratamiento de los sistemas de gestión autorizados, como ReSimple. Por ejemplo, los jarabes que vienen en envases de plástico. “Aquí hablamos de envases que contienen sustancias peligrosas, por lo que deben tratarse de manera especial según la ley, pese a que sus frascos no entran en dicha categoría”, explica Pereda.