- Los Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) son prioritarios en la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor, que rige desde 2017. Ahora bien, en esta categoría hay distintos tipos de productos, como electrodomésticos, lámparas y pantallas, entre otros. ¿Cómo se diferencian unos de otros al momento de reciclarlos?
Desde 2017 rige la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), un mandato que promueve la disminución en la generación de residuos y fomento del reciclaje. Ahora bien, pese a que los Aparatos Eléctricos y Electrónicos (AEE) son considerados productos prioritarios por el decreto, todavía no hay un reglamento específico acerca del tratamiento de los diferentes artículos.
Por el momento, los fabricantes e importadores deben tener ciertas consideraciones con los AEEs: deben inscribirse en el registro de productores del Ministerio del Medio Ambiente, organizar y financiar un sistema de gestión de residuos y cumplir con metas de reciclaje y valorización, entre otros. Los productores e importadores tienen un rol fundamental en el funcionamiento de la ley, pues deben financiar la correcta gestión de los residuos que generan los productos que comercializan en el mercado nacional.
Ahora bien, la generalidad habla de aparatos, pero: ¿Cuáles son estos a la hora de diferenciarlos para su reciclaje? Actualmente la ley distingue entre seis categorías:
Asimismo, los AEEs son considerados de consumo masivo, volumen significativo, residuos peligrosos, factibles a valorizar y de regulación comparada.
El tratamiento, en concreto, deberá ser visto por cada organización y separado según las disposiciones de su sistema de gestión. Este sistema, a su vez, podrá funcionar solo si el gestor es reconocido por el Ministerio del Medio Ambiente y la ley, previa aprobación de su plan de gestión.
“Primero, es importante aclarar que el decreto que fija las metas de recolección y valorización de estos productos prioritarios se encuentra en fase de elaboración, realizando los estudios necesarios y levantando las opiniones de los actores involucrados”, dice Guillermo González, jefe de la oficina de Economía Circular del Ministerio del Medio Ambiente.
Según la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), pese a que todavía no se publica el reglamento oficial sobre esta categoría de productos, se espera comenzar con una meta cercana a la línea base, la cual considera a los artículos introducidos en el mercado los últimos tres años. En el largo plazo, afirman, buscan metas comparables a los valores de países de referencia y también una mayor sofisticación por categoría.
En esa línea, la CCS firmó un Acuerdo de Producción Limpia (APL) con empresas del sector, como PC Factory, Huawei, Sodimac, Sony y Mabe, entre otras, impulsando un manejo responsable de los AEEs. “Hemos podido desarrollar pilotos de recolección en puntos limpios y retiro domiciliario en cuatro comunas de la Región Metropolitana: Puente Alto, Peñalolén, Renca y Vitacura. Cerraremos este ciclo a finales de noviembre en Santiago”, dice Verónica Torres, gerenta de Sostenibilidad de la CCS.
Mabe es una marca de electrodomésticos, que ostenta lavadoras, refrigeradores, hornos y más. Además de ser parte del APL, durante este año ha realizado diversas actividades para recibir productos a punto de ser desechados y así darles el tratamiento correcto con su gestor correspondiente.
“Un tema muy importante es separar aquellos componentes que pueden reincorporarse nuevamente en el mercado de commodities como materias primas. Aquí figuran plásticos, cobre y aluminio, entre otros. En el caso puntual de los refrigeradores, hablamos de gases refrigerantes, espumas de poliuretano, aceite de compresor que requieren un manejo diferenciado”, señala Jeronimo Huerta, gerente general de Mabe Chile.
La diferencia entre unos y otros radica fundamentalmente en los componentes del aparato. En un refrigerador, un 70% de los componentes son residuos aprovechables que pueden reincorporarse nuevamente en el mercado de commodities y un 30% son residuos que pueden contener algunas condiciones de peligrosidad y requieren un manejo especial y diferenciado.
En el caso de lavadoras o cocinas, el potencial de residuos peligrosos disminuye, casi que estos se estarían limitando a las tarjetas electrónicas o algunos circuitos eléctricos que tienen los aparatos. En este sentido, en una lavadora o en una estufa, el potencial de reciclaje de componentes no peligrosos puede estar cercanos al 90 – 95%.
Chile lidera el ranking latinoamericano de mayor cantidad de Residuos de Artículos Eléctricos y Electrónicos según datos del Observatorio mundial de residuos electrónicos (2017). En contraparte, sólo se recolectó un 3,4% de las 168.116 toneladas de residuos durante el 2017, lo que representa apenas 320 gramos por habitante.