El concurso organizado por Laben Chile, de la Usach, y el Programa Estratégico de Corfo CO-Inventa se centró en la reciclabilidad y valorización de envases postconsumo.
La empresa Coexpan se llevó el primer lugar en el V concurso Packaging Innovation Award, con su proyecto “el vaso circular rPS”. La investigación permitirá que los envases de yogur reciclados puedan ser usados como materia prima secundaria para el mismo uso.
El evento, que reconoce los envases y embalajes más innovadores de Chile, lo organiza cada año Laben-Chile de la Usach y el Programa Estratégico de Corfo CO-Inventa. La premiación 2023 se centró en la reciclabilidad y valorización de envases postconsumo.
El Dr. Abel Guarda Moraga, director del Centro de Innovación en Envases y Embalajes Laben-Chile, destacó que las propuestas que llegaron en 2023 fueron más numerosas que en años anteriores. “Fue muy difícil determinar el primer lugar. Los niveles de innovación son complejos, pero Chile necesita que seamos más competitivos. El tema del cuidado del medio ambiente es motor de la innovación como también el reciclado; ambos son asuntos muy relevantes”, remarcó.
Cristián Miquel, RR&D Global PMO de Coexpan, calificó este premio como muy importante, ya que “demuestra que la Academia reconoce y valida este modelo y con ello podemos lanzar al mercado el producto final”.
Por su parte, la directora de CO-Inventa y académica de la Usach, Dra. María José Galotto, explicó que en los últimos años se han mal utilizado los envases plásticos y eso ha provocado una generación de residuos que provocan un impacto ambiental muy negativo en el planeta. Por lo tanto, añadió que hay que enfocarse en hacer una gestión positiva de los residuos.
Refiriéndose al triunfador de esta V versión del concurso Packaging Innovation Award, Galorro opinó que aborda un aspecto importante como es la necesidad de fomentar el uso de material plástico reciclado, y de este modo, garantizar la incorporación del nuevo modelo de desarrollo económico basado en la economía circular al área de envases.
El segundo lugar de este certamen lo obtuvo CMPC con “PULP-T, envase de cartón reciclado y fibra de té, mientras que el tercer lugar fue para la empresa BO Packaging, con su envase: “Doypack con Válvula Reciclable”.
Este año, conscientes de la importancia de difundir la ciencia y la tecnología a la sociedad en general, Laben-Chile y CO-Inventa decidieron distinguir a dos periodistas por su destacada labor de divulgación: Emilia Aguilar, de Cooperativa Ciencia, y Daniel Silva, de Mega.
La empresa continuará trabajando para que el adhesivo contenga un 100% de lignina, reemplazando por completo el fenol de origen fósil.
En el último episodio de Piensa Circular en radio Cooperativa, entrevistamos al gerente de I+D de la empresa chilena de química Oxiquim, Juan Canales, para conocer el desarrollo de un adhesivo para la industria de los tableros de madera contrachapados que reemplaza parte del fenol (derivado del petróleo) por un componente vegetal llamado lignina, proveniente de los árboles.
También conocimos una guía informativa para entender la llamada Ley del Reciclaje para la categoría envases y embalajes, de la A a la Z, desarrollada por Stgo Slow.
En la sección de consejos para jardínes y huertas, Fernando González, del vivero Lahuán, nos entregó recomendaciones para salir de vacaciones sin descuidar nuestro jardín.
Y en el Consejo Circular, te contamos lo qué puedes hacer con los lápices de pasta viejos y así evitar botarlos a la basura, sobre todo si tienes plantas o un jardín que regar.
Piensa Circular va todos los domingos a las 9:30 en el 93.3 (Stgo) de Radio Cooperativa. Y si te lo perdiste en directo, puedes escucharlo en Spotify (link en bio).
El estudio de las universidades Adolfo Ibáñez y de Atacama (UDA) se desarrollará hasta el 2025 y permitirá caracterizar, desarrollar y ensayar el uso de un material considerado hoy residuo industrial como componente cementicio suplementario, cumpliendo con los estándares de calidad que exige la norma chilena y reduciendo la huella de carbono que produce la manufactura del cemento.
Un proyecto de investigación aplicada desarrollará cementos verdes en base a relaves de escoria de cobre, obteniendo la mejor calificación en el concurso FONDEF IDeA 2023 de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a nivel nacional.
El estudio se desarrollará en Copiapó, Viña del Mar y Santiago, desde este año hasta el 2025, liderado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI) y la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Atacama (UDA), contando además con el aporte industrial de dos empresas del sector minero y de la construcción, que se suman al equipo de investigación.
El inédito proyecto se embarca en la tarea de caracterizar, desarrollar y ensayar el uso de un material considerado hoy residuo industrial como componente cementicio suplementario, cumpliendo cabalmente con los estándares de calidad que exige la norma chilena y reduciendo la huella de carbono que produce la manufactura del cemento. De esta manera, contribuye con una alternativa sostenible a la industria de la construcción y a la responsabilidad y menor impacto ambiental del sector minero.
Paula Rojas, directora de Ingeniería Civil Mecánica de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la UAI, además de líder de la investigación, señala que este proyecto fue calificado con nota máxima en el Concurso ANID IDeA I+D 2023 – Investigación Aplicada. Su valor reviste en que «más allá de un proyecto de investigación, constituye una iniciativa de colaboración tecnológica y empresarial que atiende una problemática importante de Copiapó y otras regiones mineras que lidian con los desechos mineros y el riesgo medioambiental que suponen, logrando resolver un problema minero y mejorar el trabajo del sector de la construcción con alternativas que atienden el objetivo de desarrollo sustentable de innovación en estas industrias».
La académica comenta que las primeras exploraciones de este estudio se remontan 6 años atrás, en que junto a Federico Antico, doctor en ingeniería civil y académico de la misma Facultad, y Danny Guzmán, de la UDA, observaron que algunos desechos de la industria minera del cobre tenían el potencial de ser reutilizados en la elaboración de cementos, como material suplementario, caso similar a lo que ya ocurre con la escoria siderúrgica y la ceniza volante proveniente de la generación eléctrica por la quema de combustibles fósiles.
La huella de carbono del cemento a nivel mundial en este momento es del 8% según lo informado por el World Economic Forum. Si bien Chile como país OCDE ha liderado las medidas paliativas para reducir su huella de carbono, el sector de la construcción aún trabaja con cementos con altos porcentajes de Clinker (principal responsable de las emisiones producidas por la fabricación de cemento), existiendo espacio para innovar en materia de reemplazo de esta materia prima.
Paula Rojas explica que aún trabajan en la optimización del material sintético producido, de modo que no sobre-exija a futuro a las plantas de procesamiento, sabiendo que es un material altamente refractario y difícil de tratar. «El material obtenido ya fue sometido a pruebas de comportamiento mecánico en laboratorio que evidencian las mismas propiedades del cemento tradicional, e incluso mejores. A futuro, sería ideal modificar la normativa para alcanzar una mayor dosificación del material cementicio suplementario y posteriormente realizar un análisis del ciclo de vida del producto para medir cuánto reduce las emisiones de carbono y otros impactos», sostuvo la académica.
Por su parte, el académico de la Facultad de Ingeniería de la UDA, Dr. Danny Guzmán, indica que “como una universidad regional, localizada en un área impactada fuertemente por la actividad minera, este proyecto presenta una gran pertinencia, ya que propone una alternativa para valorizar los relaves de escorias, un pasivo ambiental que hasta el momento no está siendo aprovechado». Agrega que “la ejecución del presente proyecto se enmarca en el desafío que tenemos como grupo de investigación de desarrollar nuevos procesos productivos más amigables con las comunidades y medio ambiente, de modo de transitar hacia una actividad minera mucho más sostenible”.
Por Cristian Zegers, consultor senior de Social Renovable.
La transición hacia una economía circular se ha convertido en una necesidad imperante en un mundo donde la circularidad global ha disminuido al 7,2% en 2023, frente al 9,6% de 2018, según el Informe sobre la Brecha de Circularidad de 2023. ¿Es posible que las empresas cambien sus modelos de negocio de lineales a circulares? ¿Podemos acelerar esta transición para hacer frente a la crisis planetaria?
Una estrategia de circularización consiste en incorporar acciones concretas hacia la circularidad en diferentes áreas de nuestro modelo de negocio, al tiempo que nos apoyamos en el ecosistema para generar sinergia, colaboración y redes de valor. Esto permite identificar oportunidades y brechas, replantear nuestra posición en la cadena de valor y lograr un enfoque más circular.
En lugar de centrarnos únicamente en la idea de «modelos de negocio circulares», es fundamental enfocarnos en la acción hacia la circularidad. Esto nos permite avanzar rápidamente en la mejora de materiales, eficiencia, residuos e insumos, al tiempo que vinculamos los resultados a lo largo de toda la cadena de valor, considerando los impactos socioambientales.
La innovación, junto a investigación y desarrollo (I+D), desempeñan un papel clave en el desarrollo económico y social, así como en la competitividad empresarial. En este sentido, la economía circular se presenta como un enfoque estratégico e innovador para la gestión de recursos y la generación de valor sostenible.
Es esencial que las empresas y los investigadores incorporen los principios de la economía circular en sus proyectos de I+D. Esto les permitirá desarrollar soluciones tecnológicas sostenibles que generen un triple impacto: económico, ambiental y social.
La implementación de indicadores de circularidad en proyectos de I+D puede tener múltiples beneficios al considerar los impactos en toda la cadena de valor y entregar una mirada sistémica del problema a solucionar. En primer lugar, mejora la eficiencia y competitividad al identificar oportunidades para optimizar el uso de recursos, lo que puede reducir costos y fortalecer la posición competitiva de la empresa.
Además, la incorporación de indicadores de circularidad permite visualizar formas de reducir el impacto ambiental al minimizar la generación de residuos y mejorar su gestión. Asimismo, fortalece el control y la gestión del proceso productivo al aumentar la trazabilidad y la supervisión.
La adopción de indicadores de circularidad también contribuye al fortalecimiento de la reputación corporativa al entregar herramientas para comunicar el compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible. Esto posiciona a la organización como responsable y comprometida con la generación de valor en un contexto circular.
Finalmente, la implementación de indicadores de circularidad en proyectos de I+D contribuye a medir y comunicar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la Agenda 2030. De esta manera, se generan beneficios tanto para la empresa como para la sociedad en general.
Es importante destacar que no existe una receta estándar para la elección de indicadores de circularidad. Sin embargo, existen metodologías que nos guían en este proceso. Al elegir indicadores, debemos adoptar una visión sistémica de la cadena de valor, considerar a los diferentes stakeholders involucrados y evaluar cómo se alinean con las estrategias ESG de cada empresa.
Además, es fundamental tener en cuenta la sostenibilidad y el camino hacia el desarrollo sostenible. Cada proyecto de I+D puede generar eficiencias que deben medirse en términos de mejoras ambientales, sociales y económicas.
En resumen, la incorporación de indicadores de circularidad en proyectos de I+D es clave para generar valor y avanzar hacia una economía circular. Esto implica adoptar una perspectiva de acción, enfocándonos en mejoras concretas y en la vinculación con el ecosistema a lo largo de toda la cadena de valor. Al hacerlo, promovemos la innovación y la generación de soluciones sostenibles que contribuyan al desarrollo económico, ambiental y social. Es hora de actuar y acelerar esta transición hacia la circularidad, aprovechando la investigación y la innovación para impulsar un cambio significativo en nuestros modelos de negocio.