Información y educación sobre Economía Circular, Sustentabilidad y Reciclaje

Santiago Industria Circular
Estudiantes de Ingeniería en Construcción de Duoc UC, Obra Limpia y CDT inician proyecto de gestión de residuos

Estudiantes de Ingeniería en Construcción de Duoc UC, Obra Limpia y CDT inician proyecto de gestión de residuos

  • La colaboración que busca formar a los futuros profesionales del sector como agentes de cambio para una construcción más sostenible.

Con una visita a las oficinas de la la Corporación de Desarrollo Tecnológico (CDT), de la Cámara Chilena de la Construcción, se dio inicio oficial al proyecto de vinculación entre la CDT, la carrera de Ingeniería en Construcción de Duoc UC sede Maipú y la empresa Obra Limpia, orientado a fomentar la gestión sustentable de residuos en obras de construcción.

La iniciativa tiene como objetivo empoderar a los estudiantes como agentes de cambio en la industria de la construcción, a través del diseño e implementación de un programa de gestión de residuos en terreno. Este contempla tres líneas de acción principales:

  • Capacitación especializada a los estudiantes en gestión de residuos y sostenibilidad.
  • Trabajo en terreno, implementando planes estratégicos y capacitando a los trabajadores en buenas prácticas.
  • Vinculación con la industria, colaborando en propuestas de mejora e innovación sustentable.

Además, los estudiantes podrán utilizar herramientas desarrolladas por la CDT, como el Dashboard Ambiental y la plataforma de gestión de recursos hídricos, integrando tecnología y datos para apoyar la toma de decisiones en obras reales.

Mariela Muñoz, líder de Capital Humano y Academia de la CDT, destacó el valor que tiene para la industria relacionarse directamente con los futuros profesionales y compartirles las necesidades que urgen al sector, comenzando, así, una experiencia formativa con alto valor práctico.

Pablo Cárdenas, director de la carrera en Duoc UC, instó a los estudiantes a asumir su rol en la época en que les tocará desenvolverse profesionalmente. “Las responsabilidades de esta generación son la sostenibilidad y el cómo nos tratamos, cómo nos aceptamos. Ese es su aporte. Deben sentirse influenciadores de estos temas. Cada uno va a influir en una obra, va a plantar una semilla y generar una inquietud relacionada con la sostenibilidad o la productividad. Y esas inquietudes deben ser movidas por una emoción. Eso los va a diferenciar”, señaló.

Economía circular es el eje principal de Rewine, nueva convocatoria para innovar en la industria del vino

Economía circular es el eje principal de Rewine, nueva convocatoria para innovar en la industria del vino

  • Los postulantes deberán presentar proyectos que revaloricen estos subproductos a través de la tecnología, la creatividad y la sostenibilidad. La iniciativa es organizada por Viña Concha y Toro y HUBTEC.

“Ideas que brotan, residuos que transforman”. Ese es el lema de ReWine, una convocatoria de innovación abierta, especialmente enfocada a la industria vitivinícola, organizada por el Centro de Investigación e Innovación de la Viña Concha y Toro junto al centro de transferencia tecnológica HUBTEC.

La iniciativa busca soluciones que den un nuevo valor a los subproductos de la producción del vino, considerando que el sector genera más de 500.000 toneladas anuales de residuos orgánicos como orujos, escobajos, lías y lodos, ricos en compuestos bioactivos con un gran potencial para nuevas aplicaciones.

Las postulaciones estarán abiertas desde el 28 de mayo al 27 de junio de 2025, y se privilegiarán las propuestas que, aunque se encuentren en fases iniciales, tengan un alto potencial comercial y oportunidad de co-desarrollo con la empresa.

Los postulantes deberán presentar proyectos que revaloricen estos subproductos a través de la tecnología, la creatividad y la sostenibilidad. De esta forma, se espera dar forma a productos comercializables que puedan abrir otras áreas de negocio.

Los ganadores recibirán hasta $10 millones para el desarrollo de una prueba de concepto, mentorías especializadas a cargo de profesionales de Viña Concha y Toro y HUBTEC, acceso a materias primas e instalaciones de la empresa y oportunidades de co-desarrollo y escalamiento futuro.

«Hasta la última miga»: la campaña de Cheaf y WWF para concientizar sobre el desperdicio de alimentos

«Hasta la última miga»: la campaña de Cheaf y WWF para concientizar sobre el desperdicio de alimentos

  • En su primera colaboración, la foodtech y la organización ambiental compartirán información sobre la magnitud de este problema en el país y el mundo. 

Santiago. 19 de mayo, 2025.-

WWF -la principal organización de conservación de la naturaleza a nivel global- y Cheaf -plataforma tecnológica que permite a supermercados, restaurantes y tiendas ofrecer sus excedentes- decidieron lanzar la campaña ‘Hasta la última miga’, la que pretende aunar esfuerzos para concientizar sobre las implicancias del desperdicio de alimentos en el país y los desafíos pendientes en la materia. 

De este modo, durante las próximas semanas ambas organizaciones compartirán contenido informativo sobre el desperdicio de alimentos a través de sus redes sociales y la prensa, a la vez que presentarán soluciones y entregarán consejos para evitar este desperdicio en los hogares y los comercios.

Para hacerse una idea, a fines de 2024, la Universidad de Las Américas, publicó una investigación en la que reveló que cada año se desperdician 5,2 millones de toneladas de alimentos en Chile, y que un 68% de las frutas y verduras producidas en el país no llega a consumirse.  Por otro lado, de acuerdo a datos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en el mundo cada año se desperdician más de 1.050 toneladas de alimentos.

Chile sigue rezagado en reciclaje: menos del 10% de los residuos domiciliarios se valorizan

Chile sigue rezagado en reciclaje: menos del 10% de los residuos domiciliarios se valorizan

  • En el Día Mundial del Reciclaje, que se conmemora este 17 de mayo, un experto de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO) destaca la importancia del trabajo conjunto entre Estado, empresas y ciudadanía para avanzar hacia un país más sustentable.

En tiempos donde la sostenibilidad se ha convertido en una urgencia global, la gestión de residuos emerge como uno de los grandes desafíos ambientales del siglo XXI. Mientras países desarrollados avanzan hacia modelos de economía circular, Chile aún lidia con rezagos estructurales que impiden consolidar una cultura efectiva de reciclaje. 

Aunque esta apuesta se ha instalado en el discurso público y en la agenda ambiental, el país sigue mostrando cifras preocupantes: según el Ministerio del Medio Ambiente, de los cerca de 9 millones de toneladas de basura domiciliaria que se generan al año, menos del 10% se recicla, una cifra que ubica al país entre los de peor desempeño dentro de la OCDE, cuyo promedio de reciclaje residencial alcanza el 33%.

Pese a una mayor conciencia ciudadana y progresos en políticas públicas, la mayoría de los residuos domésticos continúa terminando en rellenos sanitarios o, peor aún, en vertederos ilegales sin control ambiental. Según Jorge Leiva, jefe de carrera de Ingeniería Civil en Medio Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Bernardo O’Higgins (UBO), “aunque se ha evolucionado en el diseño institucional y en la conversación pública, los resultados siguen siendo modestos. El reciclaje en Chile avanza, pero a un ritmo lento, con brechas importantes en infraestructura, planificación local y apoyo técnico a los municipios”.

En este escenario, la Ley REP (Responsabilidad Extendida del Productor), promulgada en 2016, se ha convertido en una herramienta clave para transformar la gestión de residuos en el país. Esta normativa exige a empresas e importadoras hacerse responsables de la recolección y reciclaje de seis productos prioritarios –entre ellos envases, neumáticos, aparatos electrónicos y baterías– una vez que terminan su vida útil. Si bien la implementación ha sido paulatina, 2023 marcó un punto de partida concreto, con el inicio de metas obligatorias para envases y neumáticos.

Durante el 2024, de hecho, el Ministerio del Medio Ambiente anunció la expansión de la recolección diferenciada a 48 comunas, más del doble que el año anterior. “Estamos viendo los primeros efectos de esta política, como rutas de recolección separada, convenios con municipios y el despliegue de sistemas de gestión colectiva. Aun así, queda un largo camino si aspiramos a estándares como los de Alemania o Japón, donde reciclar es parte de la vida cotidiana”, señala Leiva.

Materias pendientes y un llamado a la acción

Uno de los grandes desafíos es la ausencia histórica de infraestructura adecuada. Muchas comunas aún no cuentan con puntos limpios, centros de acopio o instalaciones para el tratamiento de residuos orgánicos, como compostaje. “Sin un sistema accesible y funcional es difícil que el reciclaje se vuelva un hábito. Además, debemos formalizar el rol de los recicladores de base, que por años han sido actores clave en la recuperación de materiales”, agrega el académico.

Otro punto crítico es la baja valorización de ciertos residuos. El cartón, el papel y los metales concentran las mayores tasas de reciclaje, debido a su rentabilidad y cadenas de procesamiento consolidadas. En cambio, el plástico apenas alcanza un 8% de recuperación en Chile, pese a ser uno de los residuos más abundantes y contaminantes. “Faltan incentivos económicos claros, como sistemas de devolución por envases o restricciones a productos de difícil reciclaje. Sin medidas concretas, seguiremos viendo materiales valiosos terminar como basura”, advierte el experto de la UBO.

En el marco del Día Mundial del Reciclaje, que se conmemora este 17 de mayo, el especialista hace un llamado a la acción conjunta: “reciclar no es solo una decisión individual, sino una responsabilidad compartida entre el Estado, las empresas y la ciudadanía. Cada botella o caja que recuperamos es un gesto concreto para proteger nuestros recursos y construir un país más sustentable”, afirma Leiva.

Columna de opinión: «Mejoras a la Ley Rep»

Columna de opinión: «Mejoras a la Ley Rep»

  • Por Javier Peró, Fundador y Presidente del directorio de Kyklos

La ley REP fue impulsada con el objetivo de aumentar las tasas de reciclaje de envases, embalajes y otros materiales, estableciendo un mecanismo de financiamiento en base al principio de que los “productores”, es decir, los que ingresan los envases al mercado, tengan que pagar para que estos sean recolectados y reciclados.

Para administrar este financiamiento, se crearon los SIG (Sistemas Integrados de Gestión), con el objetivo de agrupar a los “productores”, calcular las cuotas según su volumen en el mercado y “organizar” el mercado de recuperación, segregación y valorización de los “envases y embalajes” (EyE)

La normativa reconoce 2 tipos de fuentes o categorías distintas de EyE. Domiciliarios y No Domiciliarios (o Industriales), entendiendo que el lugar de generación, acopio, volumen, tipo, entre otros factores; entre estas dos categorías era evidentemente muy diferente y por ende, se debían normar de formas distintas.

Para la categoría Domiciliarios, se establecieron reglas bien uniformes, con el objetivo de unificar los criterios de recolección y que la población pudiera aprender fácilmente la forma de segregar y la industria pudiera unificar también la forma de recolectar, segregar y valorizar.

Además de establecer reglas uniformes, la ley Rep fue ambiciosa en definir todos los procedimientos de licitación de los servicios, estándares de operación, planes de gestión, entre muchas otras materias. Sumado a esto, impuso normas para favorecer la creación de “esperablemente” un solo gran SIG (en la actualidad se formaron 2 principales para domiciliarios) que pudiera controlar en una sola mano el destino de todos los EyE domiciliarios y estableció que los “productores”, miembros de un SIG, no tuvieran alternativas en la forma en que pueden “recuperar” sus envases que están poniendo en el mercado más que la establecida por el SIG al que adhirieron.

Estas normativas bien rígidas puede que hagan sentido -aunque discutiblemente- cuando se piensa en que los sistemas de recolección “casa a casa” en cada comuna tenga que seguir un orden y lógica común (al igual que los servicios básicos de energía y agua por ejemplo) en que se recolecta desde la “acera”, que es un espacio público sin embargo, lo que no consideró la nueva ley, es que existe un subconjunto relevante de envases que no son ni industriales, ni domiciliarios del “casa a casa”, en donde ya existía una industria de recuperación que ha falta de fomentos regulatorios, había desarrollado operaciones muy eficientes entre recolectores y valorizadores. Con esto nos referimos a centros comerciales, colegios, sucursales, eventos, oficinas, entre otros establecimientos que con la nueva ley quedaron sin una normativa adecuada a sus realidades.

Estos establecimientos ya habían creado una cadena logística, en donde participan eficientemente recolectores y valorizadores y en donde es muy complejo establecer licitaciones estándar que cumplan con los requerimientos y servicios específicos de cada establecimiento.

La reputación corporativa y la respuesta a las expectativas de los grupos de interés son claves ya que influyen en los clientes, en la lealtad de los empleados, entre otras cosas. “Para fortalecer la reputación empresarial, una comunicación debe mantenerse accesible, pero más importante es que sea fiable, clara y pertinente”, subrayó Carolina Zúñiga, Gerente de Comunicaciones y Marketing de Kyklos.

Más grave aún, la nueva regulación vino a aplastar las operaciones ya existentes, empeorando el estándar y subvencionando una operación uniforme (no especialista) aumentando significativamente los costos de operación en estos segmentos de mercado (distorsionando los precios). *estadísticas de Reciclaje ANIR Kyklos 2023

La nueva Ley solamente “subvenciona” envases que pasaron por una “licitación” o “trato directo” de recolección de los SIG y no permite ninguna alternativa, incluso cuando los EyE domiciliarios son recolectados dentro del establecimiento sin utilizar el espacio público. Con esto, quedan automáticamente fuera, todas las formas de reciclaje, recuperación, segregación y valorización que no están establecidas por una licitación de un SIG. Por ende, todas estas formas de reciclaje, tampoco van al cumplimiento de metas y no reciben la “subvención” de la ley. (“plop! legislativo”)

Esto limita también a los SIGs, que en vez de tratar de recolectar volúmenes a través de operaciones ineficientes, podrían perfectamente “subvencionar” las operaciones eficientes que ya existen y fomentar la creación de más formas de recolección y valorización eficientes.

Por el contrario, para envases, embalajes y otros materiales industriales, se permitió seguir operando eficientemente, recolectando de manera específica, por especialistas y llevando a valorización a precio de mercado. En estos casos, se debe “informar” y “entregar” el volumen a cambio de una negociación entre el generador y el SIG (precio de mercado). A esto se le denominó “monitoring”. 

Esta “camisa de fuerza” impuesta sobre los EyE domiciliarios ha provocado diversos impactos económicos y ambientales:

  • Bajas tasas de recuperación en EyE domiciliarios. Muy poco impacto en la recuperación real, a pesar de la cantidad de inversión puesta. *estadísticas de Reciclaje ANIR Kyklos 2023
  • Distorsión de precios de mercado.
  • Exclusión y canibalización de empresas de recolección y recuperación especialistas que ya operaban de forma eficiente. El sistema fomenta la concentración de grandes empresas uniformes de recolección. Sin un aumento de tasas de recuperación efectiva.
  • Bloqueo total a la innovación de sistemas alternativos de recuperación, reciclaje, upcycling y valorización.

La regulación es mejorable de manera sencilla, entregando flexibilidad a la industria de recuperación en los casos en que la segregación en origen y recolección se generan dentro de los establecimientos (sin uso del espacio público). A través del mismo mecanismo de “monitoring” que los EyE industriales. Esto genera competencia real, precios de mercado, innovación y valor agregado en la recuperación de EyE específicos, entre otras cosas. Y no genera ningún perjuicio sobre la recuperación de Domiciliarios del casa a casa, a través de las licitaciones ya normadas por la ley. 

Esta mejora se puede realizar simplemente a través de una modificación en el Decreto 12 de la Ley, ampliando la posibilidad de “monitoring” a EyE domiciliarios mientras estos se gestionen dentro de los establecimientos en que se generan.

Esta mejora podría impulsar fuertemente una industria de recolección innovadora, ágil, canalizando el financiamiento hacia las soluciones eficientes, que logren recuperar a bajo costo, impulsando la creación de empleos, valor agregado, y logrando impactar de forma significativa en el aumento de las tasas de reciclaje.

Y para mejorar aún más la competitividad, la innovación y el crecimiento de un mercado de recuperación eficiente, la ley también debiera permitir mayor flexibilidad en la forma en que las empresas se agrupan en SIGs. Permitiendo a las empresas ser parte de más de un SIG, generando competencia y creación de SIGs especialistas a métodos de recolección en localidades diferentes. (¿Por qué debe ser el mismo SIG que recolecta en Aysén, que el que recolecta en Atacama?). No tiene ningún sentido práctico la centralización, cuando se supone que necesitamos descentralizar, sobre todo cuando en un país como Chile existen realidades totalmente diferentes en regiones diferentes del país.

Para terminar, no hay que nunca perder “el norte”, en que el objetivo final no es recolectar más para reciclar más, sino que disminuir la generación a través de muchos mecanismos (ecodiseño, retornabilidad, upcycling, entre otros) para disminuir los residuos que llegan a rellenos sanitarios. Y para lograr esto, es fundamental que los incentivos de la regulación estén bien alineados para que se desarrollen estas estrategias en conjunto a la recolección y reciclaje.