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Investigan reutilizar el pelo de cerdo para fabricar hormigón

Investigan reutilizar el pelo de cerdo para fabricar hormigón

  • Además, sector privado del ecommerce en Chile avanza en darle más circularidad a los empaques de los productos que se venden de forma online.

En una nueva edición de Piensa Circular en modo vacaciones, por Radio Cooperativa, revivimos la entrevista a Federico Antico, investigador y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, quien estudia reutilizar el pelo de cerdo para la fabricación de hormigón.

También, te contamos sobre el Acuerdo de Producción Limpia que formaron 42 actores del ecosistema del comercio electrónico en Chile, liderados por la Cámara de Comercio de Santiago (⁠CCS⁠) y la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (⁠ASCC⁠) de Corfo, y que busca avanzar hacia una mayor circularidad y sostenibilidad en los empaques.

En la sección «Huertas, ideas de patio», Fernando González, del vivero Lahuan, nos enseña qué plantas podemos cultivar en espacios reducidos y de poca exposición al sol, como un departamento. Y en el Consejo Circular, aprenderemos qué hacer con los corchos de vino, primera parte.

Puedes escucharnos en vivo todos los domingos a las 9:30 por Radio Cooperativa, en el 93.3 en Santiago. Para regiones, puedes revisar el dial aquí. O bien, escuchar este programa y otro en Spotify.

Reciclar el agua de forma sostenible

Reciclar el agua de forma sostenible

  • Directora de Escuela de Ciencias Ambientales y Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello creó un prototipo 100% sustentable que utiliza la energía solar para el tratamiento de aguas residuales, el que se puede implementar para uso domiciliario o industrial.

El proyecto liderado por la académica e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello (UNAB), Elizabeth Garrido, tiene como objetivo la reutilización de aguas domésticas o industriales, para lo cual creó un prototipo de planta piloto, de efecto dual y autosustentable. Durante cuatro años, la experta ha estado trabajando junto a académicos y estudiantes de la carrera de Ingeniería Ambiental para crear esta nueva planta, que utiliza fotocatalizadores activados por la luz solar para degradar contaminantes emergentes, es decir, degradación fotocatalítica.

Para la investigadora, estas iniciativas son importantes debido a la falta de agua que afecta a varias zonas del país y al mundo, tal como se ha observado actualmente en Uruguay. “Esta escasez se irá acrecentando por la alta demanda de agua dulce y por los efectos del cambio climático. Por lo tanto, es necesario implementar medidas que permitan reducir el consumo de agua y buscar fuentes alternativas de suministro de este vital elemento”.

Considerando que en los últimos 50 años Chile ha enfrentado la mayor crisis hídrica, Elizabeth Garrido detalla que “esta es una alternativa que otorga la posibilidad de utilizar aguas residuales o aguas grises tratadas como nuevas fuentes de suministro de agua, para su reutilización a nivel domiciliario, por ejemplo, en riego o brindarle otros usos, según el nivel de calidad obtenida después del tratamiento”.

Cómo funciona

La planta funciona al agregar un fotocatalizador al agua residual, el cual se activa en presencia de luz solar y genera radicales hidroxilos responsables de degradar los contaminantes. Para operarla, se utiliza una bomba de agua que alimenta y recircula el agua residual en el colector solar. La bomba se alimenta de la energía proporcionada por un panel solar, lo que hace que el proceso sea sustentable. Así, el sol cumple dos funciones: ayuda a degradar los contaminantes y entrega la energía necesaria para hacer funcionar la planta piloto.

El prototipo tiene una capacidad de 13 litros y opera con un flujo continuo y caudal mínimo de 7 litros por minuto. La eficiencia de degradación de los contaminantes depende de las condiciones de operación empleadas. Hasta el momento, Garrido explica que «nos encontramos en pleno proceso de evaluación y puesta en marcha de la planta piloto. Los resultados han sido importantes y la idea es aplicar estos catalizadores a una escala más grande y con efluentes reales de diferentes sectores industriales, además de evaluar su factibilidad en el tratamiento de aguas grises para su posterior reutilización».

El desafío de este proyecto es crear un catalizador que genere especies químicas altamente oxidantes en presencia de luz solar, como el radical hidroxilo, que degrada contaminantes. Para lograr esto, se utilizan arcillas como fotocatalizadores que se encuentran en los suelos del sur de Chile. Las arcillas se sintetizan en el laboratorio y se modifican con dióxido de hierro y dióxido de titanio. Con este proceso, los fotocatalizadores extienden su rango de absorción de luz hacia la región visible del espectro electromagnético, lo que les permite generar radicales en presencia de luz solar.

Próximos pasos

La implementación de la planta abarca un trabajo de cuatro años, tiempo en el que se prepararon los catalizadores. Luego, comenzaron los ensayos a escala de los catalizadores para probar su efectividad en la degradación de contaminantes A continuación, se diseñó la planta con estudiantes de Ingeniería Ambiental y, en la última etapa, se obtuvo el soporte de un proyecto de Corfo 2030, que aportó el financiamiento para la construcción de las planta piloto.

Este proyecto está en marcha desde mayo.  Próximamente, «nuestra idea es aplicarlo en fuentes reales, por ejemplo en la industria vitivinícola. También, estamos observando cómo funciona tratando aguas grises provenientes de actividades domésticas, las que tienen un gran potencial de reutilización», ya que habitualmente el tratamiento que utilizan y requieren incluyen más personal y poseen una capacidad técnica más compleja», agrega la académica.

U. Andrés Bello crea planta de tratamiento que recicla aguas residuales.
Elizabeth Garrido, académica e investigadora de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Andrés Bello (UNAB).
Académico UAI explora el uso del pelo de cerdo como refuerzo para la construcción

Académico UAI explora el uso del pelo de cerdo como refuerzo para la construcción

  • La valorización de pelos de cerdo provenientes de la industria alimenticia para la construcción representa un aporte a la economía circular. Según la de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), si la producción anual de hormigón en Chile se reforzara con pelo de cerdo reciclado, se podría valorizar casi el 70% de los residuos de pelo de cerdo que se depositan en vertederos cada año.

Gracias a un Fondecyt de iniciación durante los últimos 3 años, y tras otros 4 de investigación junto a un grupo de investigadores sobre el uso de fibras naturales como refuerzo del hormigón en la construcción, Federico Antico, doctor en Ingeniería Civil y profesor asociado de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), está estudiando cómo las fibras naturales pueden contribuir con la humedad interna de los hormigones y beneficiar la hidratación de los materiales cementicios que conforman al hormigón.

Hacia el 2016, el investigador comenzó a trabajar con el desecho de pelo de cerdo de la industria alimenticia, un problema considerable dada la alta producción nacional e internacional. Sólo en Europa se producen 890 mil toneladas de residuos porcinos al año, con costos asociados de gestión que alcanzan los 20,7 millones de euros anuales. En Chile, sólo uno de sus principales productores dispone anualmente de más de 100 toneladas de pelo de cerdo en vertederos y ha invertido millones de dólares en los últimos años para mejorar procesos y construcción de infraestructura para el tratamiento de sus residuos derivados de la producción de carne.

«Las mezclas con baja relación agua/cemento con la adición de fibras naturales recicladas de la industria alimentaria chilena mejoran su tenacidad a la fractura y podrían funcionar como reservorios de agua para el curado interno y así aumentar el grado de hidratación del cemento», señaló Antico. Para el académico, el uso de desechos de la industria alimenticia no se reduce al pelo animal, de hecho, existen componentes vegetales como el yute, que también ha demostrado resultados mecánicos similares en pruebas sobre morteros, retrasando la formación de fisuras y prolongando su vida útil.

«Quizás suene fuerte para algunos el utilizar desechos animales, pero lo cierto es que la industria alimenticia sigue en crecimiento y la construcción puede aprovechar este pasivo ambiental, en reemplazo de fibras sintéticas o plásticas que dificultan el proceso de reciclaje del hormigón en su fin de vida. Es por tanto un buen desafío para los hubs de innovación, a la hora de plantear desafíos que permitan reutilizar desechos naturales de diversas industrias, como insumo para otras», concluyó Antico.

Dentro del proyecto Fondecyt, se están estudiando las condiciones óptimas, los límites de uso y las propiedades de las fibras naturales que permitan proporcionar curado interno a las mezclas con baja relación agua/cemento para maximizar su resistencia mecánica, tenacidad a la fractura y durabilidad.

Según datos de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), si la producción anual de hormigón en Chile se reforzara con pelo de cerdo reciclado, se podría valorizar casi el 70% de los residuos de pelo de cerdo que se depositan en vertederos cada año, mejorando la resistencia, y también proporcionando una contribución al curado interno del material cementicio que conforma a estos materiales de construcción. El plan es contribuir a una industria de la construcción dinámica que permita la utilización de este tipo de fibras naturales sustentados con estudios científicos profundos y así tener un competidor sostenible de las fibras poliméricas industrializadas.

Federico Antico, doctor en Ingeniería Civil y profesor asociado de la Facultad de Ingeniería
y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Campus Viña del Mar.