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Se inaugura proyecto de reutilización de aguas grises en escuela de Quilpué

Se inaugura proyecto de reutilización de aguas grises en escuela de Quilpué

  • La tecnología permitirá el tratamiento de las aguas provenientes de los lavamanos y duchas de la escuela a través de humedales artificiales, permitiendo el riego de áreas verdes.

Tras varios meses de trabajo y compromiso por parte de la comunidad de la Escuela Los Molles de Marga Marga, en la comuna de Quilpué, Región de Valparaíso, se inaugura el proyecto de reutilización de aguas grises. La tecnología implementada permitirá el tratamiento de las aguas provenientes de los lavamanos y duchas de la escuela a través de humedales artificiales. 

Esta iniciativa, financiada por Grundfos y gestionada por Fundación Amulén, busca la eficiencia del recurso hídrico para el riego de áreas verdes, con los cual se impactará en forma positiva la vida de las 80 personas que integran la comunidad escolar de este establecimiento.

Además de la implementación de la tecnología, Amulén, Grundfos y Ecological impartirán una serie de talleres para los niños y niñas de la escuela, para explicar cómo funciona la reutilización de aguas grises y, con ello, procurar la sustentabilidad del proyecto.

Para llevar a cabo la instalación, la empresa Ecological desarrolló una infraestructura ecológica que resuelve el desafío de reutilizar el agua proveniente de duchas y lavamanos para regar áreas verdes. Para lograr esto, se instaló un sistema modular de humedales que consta de tres partes: captación, tratamiento y disposición.

“Valoramos que Fundación Amulén y Grundfos hayan construido un humedal en nuestra escuela. Esta aula diversa llamada “Humedal Fuente de Vida” refuerza nuestro sello educativo, que es el respeto, cuidado y defensa del medioambiente en nuestro territorio rural. Aquí, el agua es escasa, por lo que los docentes podrán complementar el aula diversa con el huerto escolar, además de sensibilizar sobre el cuidado de este recurso y dar una herramienta concreta para reciclar agua también en los hogares de los alumnos”, declaró la directora de la Escuela Los Molles de Marga Marga, Margarita Pino.

Para Antonia Rivera, directora ejecutiva de Fundación Amulén, “inaugurar este nuevo proyecto significa aportar soluciones reales a problemas invisibles que perjudican la calidad de vida de las personas que viven en la ruralidad. Desde hoy, los niños y niñas de esta linda escuela podrán disfrutar de áreas verdes en mejores condiciones, lo que sin duda impactará en su aprendizaje y experiencia educativa”.

Iniciativa de Fundación Amulén busca mejorar el abastecimiento de agua en escuelas rurales en Chile

Iniciativa de Fundación Amulén busca mejorar el abastecimiento de agua en escuelas rurales en Chile

  • El programa “Agua para Aprender” ha beneficiando a más de 20 establecimientos de las regiones de Los Lagos, La Araucanía y Valparaíso. Este año además se extenderá a la Región del Biobío.

El programa “Agua para Aprender”, de Fundación Amulén, que tiene por objetivo acortar las brechas de acceso a agua potable en escuelas rurales, continuará implementándose en 2024 luego de dos años de exitoso funcionamiento, beneficiando a más de 20 establecimientos de las regiones de Los Lagos, La Araucanía y Valparaíso. Este año además se extenderá a la Región del Biobío.

El programa busca generar soluciones integrales, en muchos casos de economía circular, para escuelas en contexto de carencia hídrica, permitiendo así asegurar el suministro de agua potable y fortalecer el correcto uso y cuidado del agua, con el fin de aportar en la continuidad de la educación de los niños y niñas. 

Actualmente, muchos establecimientos de educación en zonas rurales del país están enfrentando una serie de problemáticas debido a que no tienen acceso a agua potable, situación que pone en riesgo la formación de miles de estudiantes.

Según el último estudio realizado por Fundación Amulén, “Educar sin agua: una realidad invisible”, más del 40% de las escuelas rurales en Chile se encuentra en situación de carencia de agua potable y, producto de esto, más de 27 mil alumnos se ven afectados diariamente. Asimismo, el 30% de las escuelas rurales ha debido suspender clases por falta o mala calidad del agua.

Cada solución entregada depende de la necesidad y realidad local de los establecimientos, desde captación de agua lluvia hasta mejoramiento de infraestructura para un buen suministro de agua. Para ello, se involucra a las comunidades educativas en el diseño e implementación de las soluciones, además de incentivar la conciencia hídrica por medio de talleres para niños y niñas.

“El agua es vida y también un motor de oportunidades. Por eso, en Fundación Amulén estamos implementando esta campaña convencidos de que éste es un recurso vital para el bienestar de los niños, las niñas, las mujeres y todos los chilenos que viven en la ruralidad. Es hora de actuar de manera decisiva y comprometida para superar estos desafíos. Este reciente mes del agua nos invita a dejar de esperar para poner manos a la obra”, señaló Antonia Rivera, directora ejecutiva de la organización social.

El programa se implementa desde el 2022. Ese primer año se trabajó con las escuelas San Antonio, de Cochamó; Sol del Pacífico, de Ancud; Olinda Borquez Borquez y Quilquico, de Castro; Emmanuel de Chapuco, de Puerto Octay; Hardy Minte Bartsch, de Puerto Varas; y Correntoso y Río Blanco, de Puerto Montt. En ellas se implementaron soluciones de purificación de agua lluvias, resolución sanitaria, instalación de un pozo profundo, remoción de fierro manganeso y mejoramiento de infraestructura.

En tanto, en el 2023, fueron nueve las escuelas beneficiadas: Puyehue, de Teodoro Schmidt; Collico Ranco y Ruca Raqui, de Saavedra; Coligual San Juan, de Llanquihue; Paraguay, de Frutillar; Jardín Pichiqueche, de Padre de las Casas; Reinaldo Raddatz, de Puerto Varas; Los Molles de Marga Marga, de Quilpue; y El Yeco, de Algarrobo. Las soluciones fueron similares a las del 2022, sumándose dos proyectos de reutilización de aguas grises.

* Foto de Portada: Escuela El Yeco, de Algarrobo.

Energía: La paradoja del progreso al bienestar sostenible

Energía: La paradoja del progreso al bienestar sostenible

  • Por Daniel Olivares Quero, profesor asociado de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez y director del Centro de Transición Energética (CENTRA) UAI.

El Día Mundial de la Energía, celebrado el 14 de febrero pasado, nos ofrece una oportunidad para reflexionar sobre el papel vital que la energía juega en nuestras vidas y en el desarrollo de la sociedad. Es un día para reconocer tanto los beneficios como los desafíos que la demanda energética impone en nuestro mundo.

La energía es el motor del desarrollo y el bienestar de la población. Sin ella, muchas de las comodidades y facilidades de la vida moderna serían imposibles. Desde la iluminación de nuestras casas hasta el funcionamiento de industrias, la energía está en el corazón de casi toda actividad humana. Permite el avance de la tecnología, el crecimiento económico y mejora la calidad de vida de millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, este desarrollo viene con un costo. El impacto ambiental de nuestra demanda energética es significativo y diverso. La mayoría de las fuentes de energía tradicionales, como los combustibles fósiles, tienen efectos perjudiciales para el medio ambiente. La emisión de gases de efecto invernadero es una de las principales causas del cambio climático, un problema global que amenaza los ecosistemas naturales y la supervivencia de muchas especies, incluyendo la nuestra.

Nos enfrentamos a una paradoja: los mismos recursos que impulsaron el progreso y el bienestar de nuestra civilización, en una escala temporal diferente, pueden ser responsables de una catástrofe para muchas formas de vida en el planeta. ¿Cómo puede un sistema que mantuvo un equilibrio climático durante casi 10.000 años entrar en un patrón de inestabilidad como el actual? ¿Por qué tardamos tanto en comprender este fenómeno? La ciencia nos ha proporcionado pruebas irrefutables sobre los orígenes antropogénicos de la crisis climática, desde el uso de combustibles fósiles hasta prácticas insostenibles en la agricultura, ganadería y extracción de recursos naturales. Esto ha generado esfuerzos globales para reemplazar prácticas insostenibles a partir del uso de energías renovables, combustibles verdes y una gestión más responsable de los residuos, entre otros. Estos son objetivos loables en los que debemos invertir recursos y talento en los años venideros.

Sin embargo, estas medidas no son la respuesta a las preguntas fundamentales planteadas. Las respuestas deben surgir de una reflexión más profunda sobre cómo el estilo de vida moderno ha desconectado al ser humano de los ciclos naturales. Vivimos en ciudades que nos aíslan del entorno natural, que nos impiden ver la incómoda verdad que Al Gore mencionaba en su famoso documental: el daño que nuestra forma de vida inflige en nuestro entorno natural, un entorno que ya apenas reconocemos.

Entonces, ¿cómo podemos avanzar en esta reflexión y lograr un cambio real? Desde mi perspectiva, debemos comenzar por adoptar una nueva visión de la sostenibilidad y el bienestar de la humanidad, una que integre el conocimiento científico con una comprensión más profunda de lo que nos inspira y nos preocupa, de lo que nos hace humanos; en definitiva, necesitamos un cambio de paradigma. 

Interconectados e interdependientes

Interconectados e interdependientes

  • Por Verónica Morales Ibáñez, directora ejecutiva de Fundación Lepe.

Desde el 2009, el Centro de Resiliencia de Estocolmo ha venido activando y  compartiendo información a nivel global sobre la evolución de los límites planetarios a través de un marco conceptual ecosistémico, social e individual. Desde aquel año, contamos con evidencia que nos demuestra que ya en ese momento habíamos sobrepasado tres límites, cuatro al 2015, cinco al 2022, y al 2023 seis de los nueve límites que aseguran la estabilidad de la Tierra. Pero ahí no termina el problema. El último límite que se suma, es el límite del ciclo del agua.

Este marco de límites planetarios ha atraído considerable atención científica y social, que se debe traducir en estrategias y políticas de gobernanza en todos los niveles y que responda a dar respuestas y soluciones a preguntas tales como: ¿Por qué continúa la necesidad de seguir erosionando suelos bajo un manejo que no resulta sustentable en el tiempo y deja en riesgo sistemas de alimentación y calidad de ésta? ¿Por qué continuar gestionando una mayor escasez hídrica, si de agua vivimos? 

Estos desafíos que se presentan nos exige la toma de conciencia en cuanto especie. El cuidado de la salud ecológica del planeta nos regala la oportunidad de ser las generaciones capaces de regenerar la vida. Eso implica manejar de forma eco-eficiente la diversidad de elementos naturales para mejorar el bienestar de una sociedad, mientras se produce un incremento en la capacidad de los ecosistemas para soportar el desarrollo futuro. Es así como la regeneración se enfoca en maximizar el impacto restaurador del ser humano en la naturaleza. 

El llamado es claro, urge cambiar la mirada hacia un sistema integrado complejo, donde seamos capaces de analizar diversas variables por separado y juntas a la vez, comprender que estamos interconectados e interdependientes.

Necesitamos de paisajes funcionales, donde producimos y conservamos, maximizando la biodiversidad y la función ecosistémica para garantizar la provisión de los servicios básicos para sostener la vida en la Tierra.

Necesitamos regenerar el fortalecimiento social a través de la organización comunitaria. El empoderamiento permite a las comunidades locales reconocer y revertir sus patrones de comportamiento negativos y potenciar los positivos, co-creando soluciones para la regeneración de su biorregión.

Necesitamos nuevos paradigmas para el desarrollo económico, enfocado en una economía regenerativa que integre a todas las personas y genere beneficios económicos, sociales y ambientales. Se debe fomentar el desarrollo local, integrando producción y consumo local, cadenas de valor y oportunidades para todas las personas. 

Necesitamos una regeneración cultural, donde el conocimiento, los valores y las tradiciones locales se comparten con la familia, los amigos y la comunidad en general, dando sentido a estos términos. Se recupera la autoestima y el orgullo de la comunidad, permitiendo acción colectiva y el verdadero logro de una relación armoniosa con todos.

Necesitamos repensar y rediseñar las estructuras políticas actuales para que reflejen una democracia plena, participativa e inclusiva, fomentando la visión a largo plazo y las acciones que buscan un mayor sustento y un futuro de abundancia.

Necesitamos fomentar la espiritualidad a través de la ética, la transparencia y una conciencia plena. Necesitamos entender que somos Naturaleza, viviendo en una hermosa diversidad y abundancia. Esta espiritualidad debe estar basada en el bienestar global para que la humanidad viva en paz consigo misma y con el planeta. Los principios de la “Carta de la Tierra” brindan un sólido fundamento. La espiritualidad no debe confundirse con la creencia religiosa. Necesitamos una transformación profunda de la humanidad, que comienza por una transformación interior de cada uno de nosotros.

Como seres interconectados e interdependientes, necesitamos priorizar la VIDA en el centro de nuestro pensar y actuar.

Grey Water Reuse, el proyecto universitario que busca  disminuir el consumo de agua domiciliaria

Grey Water Reuse, el proyecto universitario que busca disminuir el consumo de agua domiciliaria

  • Una casa piloto en Laguna Caren, en Santiago, mostrará cómo se pueden aprovechar las aguas grises de un hogar y al mismo tiempo brindar aislamiento térmico y acústico a la vivienda.

En este nuevo episodio, conversamos con el Dr. Esteban Quijada, investigador de la Universidad de Santiago (Usach) y director del proyecto Grey Water Reuse (GWR), que junto a científicos de las universidades del Bío-Bío y Andrés Bello buscan disminuir el consumo de agua potable domiciliaria a través de la reutilización de aguas grises, integrando tecnologías que además aportan aislamiento térmico y acústico a la vivienda.

Además, te contamos sobre las 40 toneladas de chatarra que fueron recolectadas en Hualaihué, en la Región de Los Lagos, gracias a una iniciativa público – privada que busca proteger el Parque Nacional Hornopirén.

En la sección «Huerta, ideas de patio», conocimos cómo organizar las plantas de interior y cómo hacer un huerto vertical, ideal para espacios reducidos, como departamentos. Y en el Consejo Circular, te contamos qué hacer con las cáscaras de sandia, la fruta reina del verano.

Escúchanos en vivo todos los domingos a las 9:30 en Radio Cooperativa (93.3 Santiago) o directamente desde nuestra cuenta en Spotify.