Información y educación sobre Economía Circular, Sustentabilidad y Reciclaje

Santiago Industria Circular
Nadando contra la corriente: el aumento de las Cooperativas de Consumo Responsable en Chile

Nadando contra la corriente: el aumento de las Cooperativas de Consumo Responsable en Chile

  • Productos agroecológicos, sustentables y locales. Esa es la premisa de estas organizaciones para ofrecer una alternativa al comercio establecido, además de proponer un modelo de compra-venta circular en el marco del comercio justo.

Autogesión es la palabra clave de las denominadas «cooperativas de consumo responsable», que de a poco crecen por diversas partes del país, con temáticas que van desde servicios (por ejemplo electricidad y transporte), hasta alimentación. Su consigna es la lucha por incentivar el producto local.

Construidos por más de 100 socios, en el caso de las cooperativas que abogan por la alimentación, el objetivo primordial es abastecerse de víveres agroecológicos o con certificados orgánicos y que sean parte del comercio justo. Es decir, que sigan lineamientos éticos específicos en relación a DD.HH., prácticas laborales justas y protección del medioambiente.

En el caso de su impacto en la economía circular, promueven el trato directo con productores pequeños, prefiriendo productos amigables con el medioambiente, que pueden ser reciclados, reutilizados y libres de químicos nocivos para la salud.

La Manzana es una de las primeras cooperativas de consumo responsable del país. Ubicada en Valdivia, reparte y recibe productos de toda la zona. El proyecto comenzó en el terminal de buses de la ciudad, a raíz de un grupo informal que repartía víveres entre ellos.

Poco a poco, la cantidad de gente comenzó a aumentar y la idea de hacer una cooperativa cobró fuerza. Finalmente, el año 2009, inició actividades de manera formal; en una labor que se mantiene hasta hoy, 13 años después. “Es impactante cuando te das cuenta de lo que estás consumiendo: agroquímicos, preservantes, colorantes, exceso de sal, etc. Cuando uno hace ese click, puedes mejorar tu salud y hacerte cargo de lo que consumes”, cuenta Catrileo, respecto a su motivación para participar en la organización», cuenta Rayen Catrileo, presidenta de La Manzana.

Este organismo valdiviano busca estimular al productor local y a la agricultura de la zona, adquiriendo alimento fresco y agroecológico. Para ello trabajan de manera constante con fabricantes de los alrededores; por ejemplo, tienen volúmenes comprometidos de productos en La Unión y Paillaco. “Esto ayuda a la gente que produce de manera económica y a nosotros de forma organizacional”, agrega Catrileo. Las compras se realizan los días miércoles (verduras en predios cercanos), mientras que algunos vendedores hacen llegar los productos en servicios de mensajería.

Todos los víveres llegan a la tienda oficial de La Manzana, ubicada en Valdivia. Allí se pueden encontrar alimentos, cosméticos e incluso productos para el hogar. El pago a los proveedores se realiza de manera única el día que son adquiridos los víveres. De igual forma, vendedores de la zona se acercan hasta el almacén para ofrecer sus creaciones, el cual está abierto de miércoles a sábado. El aporte de capital de los socios es de 50 mil pesos. En tanto, anualmente, se paga una cuota social para pagar costos administrativos de la cooperativa.

JUNTOS-COMPREMOS-ALMACEN

En Santiago, varias cooperativas se han levantado para propiciar una alimentación mucho más saludable en varias comunas. Ese es el caso de Juntos Compremos, grupo vecinal que nació en 2011 como una comunidad de compras grupales.

Al igual que La Manzana, su objetivo es apoyar los productos locales y evitar la compra en grandes cadenas de supermercados y negocios asociados. El crecimiento fue progresivo y al conseguir los 100 socios necesarios, se estableció formalmente la cooperativa de abastecimiento junto con una tienda en Plaza Ñuñoa. “Tenemos alrededor de 80 proveedores en todo Chile con los que nos abastecemos de harina, legumbres, granos, azúcar, café, té, hierbas, detergentes a granel, cosméticos, entre otras cosas”, cuenta Pamela Bravo, socia de Juntos Compremos.

Según Bravo, la idea es tener un negocio social y circular para dar alternativas al comercio establecido. “Al productor le pagamos al día, le damos visibilidad y tomamos todas las medidas para ejercer un tipo de comercio justo”, dice.

El trabajo de la cooperativa se ha mantenido incluso en momentos álgidos del país, como el Estallido Social. En aquella ocasión, ofrecieron productos y voluntarios en ollas comunes de todo Santiago. La cuota de los socios es única y asciende a 100 mil pesos. El almacén de Juntos Compremos funciona de lunes a sábado en Plaza Ñuñoa.