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Eco y diseño: la dupla perfecta para la economía circular

Eco y diseño: la dupla perfecta para la economía circular

Este concepto busca reducir el impacto ambiental de los productos mediante el uso eficiente de los recursos, para así facilitar el reciclaje y la reutilización. Distintas empresas ofrecen servicios de empaques sustentables, ya que con la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (REP), los productores deberán incorporar el ecodiseño en su estrategia, sí o sí.

Por Josefa Zepeda

Un estudio de la Asociación de Industriales del Plástico (Asipla) de 2019, indica que cada año se consumen en Chile 990 mil toneladas de resinas plásticas, pero solo se reciclan 83.679 toneladas, es decir, el 8,5% del consumo anual del país. O sea, un ejemplo del protagonismo de una economía lineal.

Es por esto que la economía circular ha comenzado a posicionarse con nuevas formas de producción, en que todo producto, una vez en desuso, se convierta en materia prima de otro proceso. Sin embargo, para lograrlo hay que partir desde el inicio, hay que pensar en el diseño del producto. Y es aquí donde entra el denominado “Ecodiseño”.

Según Cristina Rivera, docente de la Escuela de Diseño de Duoc UC, este concepto “es la metodología aplicable al diseño de los productos que permitirá lograr una eficiencia en el uso de recursos, logrando así generar Economía Circular”. En palabras simples, busca hacer más eficiente el ciclo de vida de un producto mediante la incorporación de criterios ambientales en la fase de diseño y desarrollo, para reducir el impacto ambiental.

En el país, la Ley REP está obligando a las empresas productoras y diseñadores, a repensar las soluciones sustentables y eficientes en todas las instancias relacionadas a sus productos. “Si bien el cambio a un producto ecodiseñado muchas veces requerirá una inversión inicial, en el mediano y largo plazo siempre apunta al ahorro en los costos, lo que significa un tremendo beneficio para las empresas, más allá de su interés o necesidad de ser más sustentables o acogerse a la Ley REP con productos adecuados”, agrega la docente.

Más eficiencia

Entre las ventajas del ecodiseño está la disminución del impacto ambiental de todo el ciclo de vida del producto, además, reduce los costos productivos, ya que aumenta la eficiencia y con ello, genera competitividad en el mercado, ya que presenta productos de menor costo y con el valor agregado de la sustentabilidad, cada vez más relevante para el consumidor.

Fernanda Palacios, gerente comercial en MbM Group -empresa dedicada a la gestión de modelos de economía circular- , comenta que es importante que los productores ocupen un diseño consciente y sustentable, ya que para que un producto sea realmente circular, debe ser pensado desde su concepción.

“Las empresas están pensando cada vez más en cómo cambian los materiales y diseños de sus productos, no solo para cumplir con la regulación, sino porque le están empezando a ver el sentido real de hacer esto, y que hacerlo no necesariamente les implica más costos. Me hace pensar de manera positiva en que el estado del ecodiseño en Chile, va muy bien encaminado”, expresa Palacios.

Un ejemplo de esto es BioBag, una empresa de productos compostables y biodegradables para la gestión de residuos. En Chile, el gerente general Augusto Cubillos, comenta que la idea nace con su socio Rodrigo Alfaro, cuando se dieron cuenta de la gran cantidad de plástico que había en los campos, comenzaron a buscar alternativas sustentables: “Todos nuestros productos se pueden integrar a la naturaleza”, explica Cubillos.

Sus bolsas solo tardan seis meses en degradarse, y comenta que debido a su alta eficiencia se han posicionado en el mercado: “Nuestros clientes son del área empresarial, donde tenemos el 70% de los ingresos. Son compañías como Nestlé, Sodexo, Unilever, Codelco, que trabajan con nosotros usando nuestras bolsas para mover sus residuos orgánicos”.

El ecoetiquetado

El ecodiseño como metodología está apareciendo cada vez más en las carreras de diseño, sin embargo, también es importante que los consumidores estén informados de los materiales del producto, para que puedan reciclarse. En agosto de 2020 se firmó el Acuerdo de Producción Limpia (APL) de Ecoetiquetado, que entrega información a los consumidores sobre la reciclabilidad de envases y embalajes de uso cotidiano, y que ha permitido certificar cerca de mil envases con el sello #ElijoReciclar.

Sin duda los esfuerzos del Estado para promover el reciclaje y la valorización de los residuos han trazado un camino en la economía circular. La docente de Duoc Uc, Cristina Rivera, considera que hay un futuro alentador en el ecodiseño: “Veo grandes oportunidades para el ecodiseño en Chile, es una gran herramienta que tenemos entre manos para actuar. El tiempo avanza y nuestro medio ambiente no espera”.

Contenedores biodegradables: de residuo agroindustrial a envase sustentable

Contenedores biodegradables: de residuo agroindustrial a envase sustentable

La investigación es financiada por el FIC del Gobierno Regional del Maule, y liderada por el académico Rodrigo Morales Vera de la Universidad Católica del Maule (UCM) y busca valorizar los residuos generados en la agroindustria de la región, aportando al desarrollo de la economía circular y al cuidado del medio ambiente.

Producir contenedores biodegradables con residuos de la agroindustria para el mercado de la exportación de frutas es el objetivo principal del proyecto adjudicado a FIC Maule 2020, “BioClamshells Biodedegradables” del académico e investigador de la Universidad Católica del Maule, Rodrigo Morales Vera, Ph.D.

Según explicó, una de las principales problemáticas medioambientales que se presentan en la actualidad es la alta producción y utilización de plásticos tradicionales, se estima que para el 2050, en el océano se encontraría la misma cantidad de peces que de plásticos, lo que no es un panorama muy alentador.

El Intendente Juan Eduardo Prieto, señaló que “quiero destacar la investigación que está realizando la UCM con recursos del Gobierno Regional, porque es un estudio que viene a aportar en el cuidado del medio ambiente y a aportar al desarrollo de la economía circular. Una de nuestras preocupaciones como Gobierno es desarrollar la innovación en nuestra región y trabajando en la valorización de estos residuos agroindustriales es una manera de conservar nuestro medio ambiente. Por eso quiero felicitar al equipo de investigadores e instarlos a que sigan desarrollando proyectos que aporten en el desarrollo sustentable de nuestra región”.

A esto se suma que el plástico demora más de 500 años en biodegradarse y a nivel mundial, más de 8 millones de toneladas terminan en el mar. En Chile se producen más 1 millón de toneladas por año, con una tasa de reciclaje menos de un 9%”.

Por ello, proponen una valorización de residuos agroindustriales, “Esta propuesta está enfocada en la producción de envases sustentables, pero desde un enfoque de economía circular, valorizando residuos generados en la agroindustria de la región del Maule”, enfatizó el académico.

“Contribuiremos al posicionamiento de los bioplásticos como materiales sustitutos de los plásticos actuales derivados del petróleo, utilizando materia orgánica residual como materia prima para la generación de un bioplástico con características y propiedades fisicoquímicas similares a los plásticos convencionales, pero con ventajas competitiva, su biodegradabilidad y emisiones de carbono”, explicó.

Para ello, se evaluarán los desechos agroindustriales para la producción de BioClamshells Biodedegradables, que sirvan para la producción de contenedores, diseñando y optimizando los procesos de bioconversión de los residuos agroindustriales.

Economía circular

“La industria de la fruta nacional está teniendo inconvenientes para ingresar sus productos a mercados más exigentes, como el europeo o el estadounidense, e incluso en el asiático. Estos mercados consideran que los clamshells, que son estos contenedores donde va la fruta, tengan características específicas de reciclaje o en su defecto, que sean biodegradables. La tasa de reciclaje de estos contenedores es baja, y la mayoría de los países industrializados, tienen desarrollo en sistemas industriales de compostaje, es decir, lugares donde el bioplástico se puede compostar generando enmiendas de suelo ‘compost’ y así todo vuelve al círculo natural de la tierra”

“La innovación que tiene este proyecto es que en Chile no hay productores de plástico biodegradable y, además, la materia prima que se utiliza para los plásticos biodegradables es almidón de maíz. En la actualidad, existe controversia en esta temática, porque entramos en la discusión sobre si vamos a utilizar la capacidad de la tierra para producir maíz que sirva para producir bioplástico o para la alimentación. Desde el punto de vista medioambiental, creo que no es viable utilizar tierras agrícolas para la producción de bioplástico”, indicó el investigador.

“Nosotros proponemos la utilización de residuos de la agroindustria, que también es una problemática medioambiental y económica aquí en la región no menor, existen datos que indican la generación de aproximadamente 27 mil toneladas por temporada de residuo orgánico de este tipo”, agregó.

La iniciativa se desarrollará durante 3 años y busca beneficiar a los consumidores y especialmente las empresas de la industria de packing y exportadoras de frutas, con estos últimos se busca una vinculación directa para que puedan utilizar e innovar en sus líneas productivas con los contenedores biodegradables.