- Recolectar el agua de lluvia para utilizarla posteriormente, es una forma consciente de pensar el agua. Con esto se evita que se escurra en las calles y se provoquen inundaciones. Además, es una manera de cuidar el agua ante la escasez hídrica que afecta a Chile.
Por Josefa Zepeda
Comienza el invierno, las lluvias, y con ello algunas calles y sectores se inundan. Y a pesar de la sequía que ya lleva varios años en la zona central del país, según la Dirección Metereológica de Chile, hasta julio del año pasado, precipitaron 178 mm de agua sobre Santiago, esto equivale a 178 litros de agua en un metro cuadrado.
Por otro lado, el consumo promedio diario de agua por persona en Chile es de 172 litros, en el que se incluye el aseo diario, del hogar, jardín y agua para tomar. Una cifra superior a la que se tiene en Europa, donde el promedio es de 128 litros por persona, según la Fundación Somos Agua. ¿Cómo podemos entonces aprovechar el agua de lluvia para nuestro consumo diario?
Jorge Gironás, director del Departamento de Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Universidad Católica, explica que los beneficios de almacenar esta agua son variados, el primero tiene relación con reducir el impacto ambiental.
Cuando el agua de lluvia escurre por las calles, se lleva una gran cantidad de contaminantes que hay en la atmósfera, pero por sobre todo, en el suelo. Cuando llueve, estos desechos van a parar directamente a los cursos receptores como ríos, lagos y el océano.
Al capturar el agua de lluvia, se evita que una cantidad de agua contaminada llegue al mar. Además hay un mayor control de las aguas en los alcantarillados, y en consecuencia, menos inundaciones en calles y sectores más bajos donde suele correr agua. En países como Alemania y Australia, esta práctica es una norma y se utiliza cotidianamente.
De esta manera se vuelve un elemento de la economía circular y hace frente al cambio climático y la escasez hídrica, pues es agua de acceso limpio y seguro. El agua cae, se almacena y se vuelve a utilizar.
¿En qué puedo usar el agua de lluvia?
El agua de lluvia no es potable, pero puede serlo aplicando procesos de sanitización, esto podría encarecer el proyecto. Sin embargo, hay una gran cantidad de opciones con agua no potable en el cual podría ser utilizada:
- Para llenar el estanque del inodoro
- Regar jardines, plantas, huertos, cultivos, entre otros
- Para la limpieza: lavar las entradas, los pisos, el auto, etc.
- Para procesos industriales
- Para rellenar las napas subterráneas
Hay que tener en cuenta, que al utilizarlo en cultivos o huertos, es necesario lavar con agua potable la fruta o verdura antes de consumirla.
¿Cómo recolectarla?
Hay distintas formas de guardar el agua de lluvia. El más común es desde el techo a través de tanques o bidones de almacenamiento de agua. Se trata de instalar un tanque en una salida de la canaleta para recoger el agua de lluvia.
Primero se debe tener un techo que permita la recuperación de agua. Según Leonardo Fernández, cofundador y socio de Cosecha Agua, no se debe hacer en techos que contengan material de asbesto, ya que tiene elementos cancerígenos. Sin embargo, si el material es zinc, teja, policarbonato o teja asfáltica, es posible.
El techo debe estar en buenas condiciones, al igual que las canaletas. Se debe limpiar de hojas y sedimentos como tierra y polvo al menos una vez al año: “No significa que cada vez que vaya a llover te tengas que subir a recoger las hojas y a lavar el techo. Pero sí hay que hacerle un mantenimiento, que sea antes de que empiece la temporada de lluvia”, comenta Fernández.
Una de las opciones es conseguir un tanque de plástico y conectarlo a la canaleta. Esto puede ser directamente, o a través de tubos PVC. Es recomendable utilizar algún tipo de filtro en la conexión, como una rejilla, para que el agua llegue lo más limpia posible. Después hay que perforar un agujero cerca de la base del contenedor, e instalar una válvula que permita el paso del agua, para posteriormente extraerla.
Entre los tips que entrega Fernández, está que el estanque debe ser oscuro para proteger el agua del sol y evitar la proliferación de microorganismos. También, hay que descartar los primeros milímetros de agua de lluvia, debido a que limpian la atmósfera y arrastran la polución. Es recomendable esperar 20 minutos, eliminar esa agua, y comenzar a almacenarla desde cero.
Otra forma, es a través de una lona o plástico. Primero se debe elegir un lugar relativamente plano, despejarlo de plantas y malezas, y darle profundidad. Luego se instala la lona cubriendo toda el área. Un consejo es crear una especie de pared de tierra que rodee el espacio para sujetar la lona, ya sea con rocas, o algún objeto que pueda mantener la lona en su lugar.
También, se pueden probar sistemas de recolección más alternativos, como recolectar agua con elementos domésticos como una piscina inflable, bidones de agua, baldes, etc.
Todas estas formas de recolectar el agua de lluvia, para utilizarla posteriormente, son formas de repensar el agua conscientemente, que ayudan a combatir la escasez hídrica y el cambio climático.